Ante la oscura noche que me viste oculto mi rostro de fiera
recuesto en la memoria la carta de tus manos
el destino de estos hilos submarinos
que han sabido conspirar con la aurora y el trueno
la capacidad de adorarte en la penumbra del otoño
Desvisto de mi rostro la máscara antigua de tantos
desvelos engañando mis sentidos en el verbo
de un corazón de piedra inerte dormido en las aguas
del silencio
y el cielo ha nacido en tus ojos
Arranco de mi piel el murmullo de la nada
para escuchar la lluvia que me nace en las entrañas
al sólo tacto del pétalo y tu lengua
Estoy sorprendida, me miro en la charca
y veo nacer en mi pecho auroras encendidas
una flor de fuego en la boca que se abre
al reflejo de tu aliento y la nube y la garza en la montaña
Se me derrama la sangre en la garganta ante el milagro
de las aves
se me desborda esta calle llena de caminos que construye
mi nuevo ojo ante la estela de los eclipses dormidos
Quiero beberme la savia de tus sienes
dejarme habitar por el maremoto y la estrella
para embriagarte con esta constelación hecha nido
en mi vientre desatado de horizontes
Estoy metida en el calcio que aspira la escritura
de tu boca y el perfume de tu beso nocturno en la ventana abierta
estoy atrapada en los sentidos abiertos y deshechos de las órbitas
con las manos peregrinas de caricias que me conducen
al eco de tu sombra en el lecho recostado del recuerdo
Habito la célula prendida en la voz del ruiseñor y la paloma
que conocen del vuelo y atraviesan el hombro alborotado
del silencio y miran por encima de los muros del mar
buscando tu puerto
Rendida estoy, ante la cadena de tu piel y el grillete de tus dedos
soy pájaro, gacela, afluente y vino,
concha, llovizna y tallo resucitado en vientos
que despiertan con el corazón sobresaltado de verdores
ante la ilusión del abrazo que aguardamos por encima del cielo
He tejido el riesgo insomne del amor sobre tu pecho
he dibujado la música de un sortilegio animal incrustado
en la mano extendida del desvelo
para hallarte entre el ala del sueño
y este grito que escucha el universo
cuando amarras tu piel a la vena inconsciente de mis besos
y nos convertimos en rayo y relámpago en el seno
de esta hoja que rezamos para hacernos
de vidrio y luz en el deseo...
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